Francisco Maltés, con un cuadro de la batalla por la inpendencia al fondo y, a su frente, un muñeco de la primera línea del estallido social. Foto: ComunicaSul

“La candidatura de Petro es el resultado de levantamientos populares contra las reformas neoliberales del gobierno”, dijo Francisco Maltés, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de Colombia. 

FELIPE BIANCHI Y LEONARDO WEXELL SEVERO I COMUNICASUL

TRADUCCIÓN: MAURICIO AVILE ALVAREZ

“Es evidente que, hoy, hay dos parias en el continente: Iván Duque y Jair Bolsonaro, presidentes de Colombia y Brasil. Se trata de dos gobiernos de extrema derecha, que vienen aplicando de forma demoledora las políticas de organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI)”. Las palabras son del presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Francisco Maltés, quien recibió a periodistas brasileños de ComunicaSul este viernes (20), en Bogotá, a poco más de una semana de las elecciones que podrían cambiar la historia de Colombia.

En la evaluación de Maltés, la candidatura de Petro es fruto de los levantamientos populares contra las duras reformas impuestas por el Gobierno: “Un cambio de rumbo que comenzó el 21 de septiembre de 2019, cuando millones de personas salieron a las calles a expresar su inconformidad con Duque, que anunció, de una sola vez, reformas laborales, de seguridad social y tributarias. Obviamente generó indignación en la mayoría de la población y el gobierno prefirió imponer la represión en lugar de la negociación”.

Este comportamiento autoritario, alineado con la precarización del trabajo en beneficio de las empresas transnacionales y el sector financiero, produce una “tendencia a elegir gobiernos alternativos, progresistas, de centro-izquierda”. “En Colombia estamos cerca de cumplir esta tarea por primera vez. Asimismo, haremos todos los esfuerzos políticos que estén a nuestro alcance para que Brasil vuelva a ser gobernado por fuerzas alternativas, con Lula como presidente, para que este continente tenga una importante mayoría progresista”, agregó.

De acuerdo con el dirigente gremial, es fundamental que “volvamos a guiarnos por la idea de la integración latinoamericana, algo que evidentemente no está bien visto por los organismos internacionales, que priorizan los Tratados de Libre Comercio (TLC) y desean que nos mantengamos dependientes, como meros exportadores de bienes primarios”. “Tenemos mucha esperanza de que Colombia y Brasil sean las piezas que faltan, hoy, para este giro que pondrá la cooperación regional, la integración y las políticas sociales en el lugar de lo que actualmente predomina en la política comercial: las feroces leyes del mercado, dictado por el exterior”, subrayó.

Esa lógica del servilismo sale cara, ejemplificó, porque se convierte en verdaderos baños de sangre, lamentablemente frecuentes en la historia de Colombia. Sólo en el último estallido social (en portugués, levantamiento o explosión social), recordó, “hubo 88 muertos, cuya responsabilidad, en su mayoría, fue atribuida a la Fuerza Pública, según el informe de la Universidad de los Andes – que es la institución donde se educan los hijos del estamento político -y de la Organización No Gubernamental (ONG) Temblores. Hubo 98 amputaciones de ojos, agresiones sexuales y de orientación de género”.

Para Maltés, el punto de inflexión ya comenzó: “Este anhelo de cambio se expresó en las urnas el 13 de marzo de este año, cuando por primera vez en la historia de nuestro país, fuerzas alternativas ganaron la tercera parte de las curules del Congreso de la República”.

“De 367 parlamentarios, tenemos 130 en las Cámaras Alta [Senado] y Baja [Representantes a la Cámara]. Esta votación histórica y este estallido social refuerzan el sentimiento de que hay sed de cambio en Colombia. Esperamos que esta ola se consolide el 29 de mayo, cuando el candidato que ha obtenido el primer lugar en las encuestas, Gustavo Petro, pueda llegar por primera vez a la presidencia de la República”.

Amplitud contra el oscurantismo 

El líder colombiano resaltó la escala construida a partir de las multitudinarias movilizaciones callejeras en Colombia, que congregaron a cerca de 30 sectores de la sociedad organizada, en las que el movimiento social jugó un papel destacado. “Los sectores políticos alternativos, en cambio, también se alimentaron de este Estallido social, cobrando fuerza. Este proceso conectó a sectores como la juventud, movimientos indígenas, campesinos, víctimas de la violencia, trabajadores, todos ahora están unidos en la campaña del Pacto Histórico con Gustavo Petro y Francia Márquez [candidata a la vicepresidencia]”.

Foto: ComunicaSul

Maltés considera que, en caso de victoria, el futuro gobierno debería tener un carácter transitorio. Para el contexto colombiano esto tendría un peso enorme, pues rompería con la herencia neocolonial de siglos de servidumbre. “Hay pequeños empresarios que se suman a la campaña del Pacto Histórico, además de medianos empresarios, que también muestran simpatía por la candidatura. También hay fuerzas políticas que alguna vez fueron parte del establishment nacional y que se han desvinculado de ese espectro en los últimos años”, explica.

“En la campaña hay sectores importantes del Partido Liberal que, en sus orígenes, era un partido de centroizquierda y, a partir de la década de 1990, sucumbió a la aplicación del Consenso de Washington en nuestro país. Muchos sectores importantes se han volcado a la campaña de Petro. Se han sumado otros partidos que también estaban alejados de la izquierda”, dice.

“Es una campaña muy amplia, con mucha diversidad, que expresa la realidad social que vivimos en Colombia. Hay, por supuesto, empresarios que pagan por el uribismo [línea política referenciada en Álvaro Uribe, expresidente de derecha que acumula actualmente 295 investigaciones por corrupción, con nexos con el narcotráfico] y su candidato, Federico Gutiérrez. Estos jefes amenazan a sus empleados con el despido si votan en contra. Hay varias denuncias al respecto. Petro, a su vez, llama al respeto de las opiniones divergentes”.

Un punto que contribuyó mucho al aislamiento de la derecha, en opinión de Maltés, fue la pérdida de la capacidad de la derecha para orientar la agenda de manipulación de la información. “Hay una democratización de la información con las redes sociales, aún con todos sus problemas. Los medios tradicionales en Colombia, propiedad de grandes conglomerados nacionales e internacionales, ya no imponen la agenda como antes. Hoy es posible tener información real de los hechos sin pasar necesariamente por el filtro de este medio”, afirmó.

“Cuando contamos la historia de la ‘explosión social’, a veces a la gente le cuesta creerlo. Todas las reuniones para preparar el gran paro que hicimos fueron virtuales. En la etapa final, en las calles, hubo un trabajo de comunicación impresionante”, informó. Vale recordar que es de los colombianos la consigna que ‘contagió’ a varios países del continente durante el período de aislamiento social, quienes decían: “cuando el gobierno es más peligroso que el virus, es necesario salir a la calle”.

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