Proyecto ideado por Paulo Cannabrava Filho, que regresa al país andino tras 50 años del golpe, es recrear los pasos del líder nacionalista
Dar visibilidad a los logros del gobierno de Juan José Torres, “el general del pueblo”, y su compromiso con la emancipación, la democratización de la sociedad boliviana y la lucha antiimperialista debe servir como herencia a ser valorada por los realización de la verdadera independencia.
Con este compromiso, los periodistas brasileños Paulo Cannabrava Filho, Leonardo Wexell Severo y el argentino Andrés Sal.lari, con profundos e históricos vínculos con los pueblos andinos, estarán entre el 1 y el 10 de abril en La Paz, El Alto, Oruro, Cochabamba y Sacaba recorriendo los pasos del líder uniformado, que comandó del 7 de octubre de 1970 al 21 de agosto de 1971 un intenso proceso de cambios. Una verdadera oleada social y política, que pasó de la nacionalización de la Matilde a la incorporación de Bolivia al Movimiento de Países No Alineados.
Creador del proyecto y al frente del equipo, el reconocido Cannabrava que en su momento defendió la victoria de JJ Torres frente al golpe de Estado de las milicias fascistas con Olivetti y Laika en las manos, cree que “será una oportunidad única para dialogar con los sobrevivientes de la construcción de ese proyecto cautivador e innovador, que tanto tiene que enseñarnos, estimulando la reflexión y la acción en defensa de nuestras naciones y la integración del continente”. “De todos los países en los que he estado, y no fueron pocos, alrededor de 40, Bolivia fue el que más se me quedó grabado en el alma. Viví allí exactamente 18 meses. Nada en el tiempo histórico. Pero en la historia de mi vida es como si hubiera estado allí durante al menos 20 años”, dijo.
La primera línea de la revista Cadernos do Terceira Mundo, actual editora del portal Diálogos do Sul, recuerda que fueron 318 días extremadamente ricos e invertidos en la valorización del potencial humano, en los que la creencia en la realización de los derechos y la igualdad, en el potencial de la afortunada nación en la que, durante siglos, la gran mayoría de la población había sido sometida a exiguas migajas. “Estamos hablando del saqueo de riquezas monumentales, la extracción de minerales como oro, plata, cobre y estaño. A base de esclavitud y millones de cadáveres saquearon tanta plata que pudieron construir un puente de las minas de Potosí a Madrid”, informó. Tras los españoles, llegaron los ingleses y, más tarde, los americanos, profundizando la miseria y la devastación.
En su libro “En el ojo del huracán – América Latina en los años 60/70” [Editora Cortês, 336 páginas, 2003], Canna describe con gran detalle su participación junto a su esposa Beatriz en el apogeo del período Torres. El combatiente, quien fuera director del diario El Nacional, en La Paz -fundado por el gobierno revolucionario-, sostiene la importancia de invertir en la red de comunicación que, apalancada en las organizaciones gremiales, fue la columna vertebral del movimiento. Recuerda cómo el diario apoyó la lucha política e ideológica, generando conciencia crítica y afirmando la unidad frente a los claudicantes. “Venden-Patrias que, financiados por la embajada de EE.UU., finalmente lograron dar el golpe de Estado. A partir de entonces consolidaron bajo asesinatos, torturas y desapariciones la dictadura del coronel Hugo Banzer [21 de agosto de 1971 a 21 de julio de 1978 y 6 de agosto de 1997 a 7 de agosto de 2001]”, describió.
EN DEFENSA DE LA MEMORIA
Autor de “Bolivia en las calles contra el imperialismo” [Editora Limiar, 112 páginas, 2009], el periodista Leonardo Wexell Severo evalúa que “la reconstrucción histórica de un hecho de tal magnitud contribuye a la victoria contra lo que podemos llamar memoricidio, el apagón engendrado por el imperialismo y sus lacayos, de figuras como Torres, que sirven de ejemplo y de historia”.
Editor especial de Hora do Povo, Leonardo siguió la lucha boliviana en 2008 contra el intento de Estados Unidos de dividir el país con la creación artificial de la “media luna” -formada por los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija- y documentó a los separatistas destrozando organismos públicos y ondeando la bandera nazi. Fue observador internacional en el proceso de reelección del presidente Evo Morales y el golpe de Estado liderado por Jeanine Añez, en 2019. Cubrió la campaña del presidente Luis Arce, en 2020, y regresó al país en 2022 para denunciar los destrozos, incendio y asalto a organizaciones populares por fascistas del Cruzeiro del gobernador Luis Fernando Camacho. El terrorista y el usurpador se encuentran actualmente bajo arresto.
“Tener la posibilidad de estar al lado de profesionales comprometidos como Cannabrava y Andrés Sal.lari es un estímulo adicional para la batalla que libramos a diario contra la opresión y la alienación dentro del propio Brasil, donde tenemos a los grandes medios actuando como vasallos de las transnacionales y del capital financiero. . Una ametralladora de repetición en apoyo de la privatización y la agenda de altos intereses. Afortunadamente, la Bolivia que tenemos que retratar hoy es la de la nacionalización del litio, la industrialización de las baterías, la defensa del agua como bien público, la valorización de las mujeres y las naciones indígenas”, dijo Leonardo, quien también es miembro de la agencia ComunicaSul de comunicación colaborativa.
“NACIONALISTA, TORRES FUE VÍCTIMA DE LA OPERACIÓN CÓNDOR”
Habiendo vivido en Bolivia de 2008 a 2018, el realizado argentino Andrés Sal.lari cree que la producción de un documental sobre la vida de Juan José Torres es sumamente significativa, “porque rescata la memoria de un líder que tiene su trayectoria en el olvido dentro de la historia boliviana y latinoamericana”.
“Hago un trabajo permanente de recuperación histórica y creo que es importante enfocar esos días en diálogo con los protagonistas de los hechos. El general Torres fue uno de los últimos militares nacionalistas en Bolivia y también víctima reconocida de la Operación Cóndor, que sirvió como fórmula de exterminio transnacional para barrer con el movimiento revolucionario y cualquier tipo de cambio en nuestro continente”, denunció Andrés. Exiliado en Argentina, Torres fue encontrado muerto en junio de 1976 cerca de Buenos Aires, con los ojos vendados y tres tiros en la cabeza.
Según el documentalista, “es relevante demostrar cómo actuó Estados Unidos para frenar la justicia social que irradiaba el pueblo, principalmente estudiantes y trabajadores”. “La represión y las muertes tuvieron un impacto tremendo, consolidando la hegemonía de las oligarquías que los apoyaban”, agregó.